Autores:
Adolfo Guevara
Carolina Franco
María Fernanda Vásquez
En su trabajo sobre la transformación social y sus relaciones frente a la
sociedad contemporánea, Carmen Olaechea y Georg Engeli se articulan procesos colectivos
de reflexión en espacios de creatividad de la sociedad[1].
Una puerta no cambia el mundo, cuando sea capaz de construir la realidad,
de mirarla con otros ojos. Desde ese posicionamiento, se busca generar una intervención
social relacionada con una acción programada y justificada desde un marco
legal y teórico, que se realiza sobre un colectivo o individuo. Esto implica
trabajar en torno a perfiles relacionados con la evolución y con los sectores
sociales, con el doble fin de mejorar su situación generando un cambio
social, eliminando situaciones que generen desigualdad.
Cabe anotar que la intervención social es un encuadre de los
cambios sociales que ha tenido la humanidad, y esto implica analizar relatos
recortados de la misma que posen una faz material y una simbólica que se
constituyen de manera histórico social, como forma de expresión de diferentes
actores sociales.
En el análisis de estos
autores, se deja entrever que la intervención corresponde a un proceso complejo
que la sociedad construye con sus creencias y costumbres y con el cual se cambia
al paso del tiempo y que se lleva acabo despaciosa y calladamente a través de
descripciones, informes, observaciones y la relación que establece el
interventor con el medio.
Realizar este tipo de
intervención es difícil para los especialistas en diferentes áreas en que se
puede percibir la situación por la cual cada persona forma parte de un grupo,
una comunidad, un ente social con el cual se identifica un constante movimiento
con el medio que hay a su entornos nos
rodea. Pero una intervención adecuada sólo se hace posible si en la historia
del mundo se ha vivido a través de constantes revoluciones que se han dado en
el mundo por tratar de mejorar lo ya establecido y por romper las barreras que
oprimen a la sociedad y sobresalir como seres humanos independientes pero que
forman parte de una sociedad.
Al mismo tiempo, hablar de arte y creatividad en los procesos de
intervención y acción social, supone considerar la existencia de situaciones
para arreglar, y que la misma sociedad puede transformar. Además, implica activar y pone en vínculo dos
elementos esenciales de la naturaleza social y humana: lo comunitario como modo
de estar en la vida y lo simbólico como modo de pensarnos en la vida, ya que,
al fin y al cabo, la sociedad gira en torno a simbolismos claves relacionados
con sus propias razones de supervivencia.
En todo caso, reconocer e identificar las condiciones bajo las cuales se
presentan las transformaciones sociales, implica conocer también hasta qué
punto han cambiado las estructuras, procesos y prácticas, al igual que los
distintos elementos sociales inherentes a ellos. Es decir, se ha producido un
cambio de consciencia. También se puede ratificar que no se da paso a transformaciones
sociales sin que se transformen los
miembros de la sociedad… algo paradójicamente muy relacionado con el
pensamiento marxista. Este entrelazamiento entre personas y comunidades, puede
evaluarse de dos maneras: a partir de una mirada desalentadora que duda de los
progresos sociales y una perspectiva optimista que busca proyectar el
desarrollo social y humano en su máxima dimensión.
Al mismo tiempo, y hasta donde se tiene conocimiento, los genes humanos,
pese a no haber sufrido deterioro, por lo menos hasta ahora, se tiene
conocimiento que las organizaciones culturales son mortales. Se trata de una
muerte que no es ni general ni necesariamente instantánea: la relación con una
nueva vida, de la cual puede ser la condición, es un enigma siempre singular. A
la par con estas percepciones sociales, se tienen conocimiento que decadencia
de Occidente es un tema antiguo, que en el fondo busca encubrir las
potencialidades de un nuevo mundo en el que se deben analizar y considerar las
descomposiciones sociales cubriendo y considerando los problemas de la
sociedad, Intentando comprender lo que en este mundo histórico social muere,
cómo muere y, de ser posible, por qué.
Este estudio implica considerar también aquellos acontecimientos que pueda
estar a punto de nacer. A manera ilustrativa, varios acontecimientos sociales y
económicos afectan la tranquilidad social y la sana convivencia en Colombia, lo
que ha llevado a la búsqueda de un nuevo proceso de pacificación, esta vez con
los actores sociales que han propiciado un clima de violencia. Es aquí donde
toda posibilidad de pacificación, surge con la construcción de un nuevo
escenario nacional, que es el de la construcción de la paz.
En segundo lugar, la vocación de canalizar y posibilitar la mejora
psicosocial de toda la sociedad o de las personas que participan en los
proyectos psicosociales, y de todas aquellas que puedan participar de cualquier
forma posible a través de de su lectura,
da pie a la idea de continuidad y de nexo. Sin embargo, cabe Pero, ¿cómo se hace posible esa mejora
psicosocial a través de la participación artística? Cuando se hace alusión aquí
al referente artístico, se hace en un sentido figurativo, pues en verdad de
trata es de recurrir a la motivación, a la creatividad y al ingenio de la
humanidad para darle posibilidad a la existencia y concurrencia de distintos escenarios
de reflexión, acompañados de la existencia de nuevas respuestas y espacios de concertación,
diálogo y de aproximaciones conceptuales e ideológica.
Esto significa que el proceso creador ayuda a la auto observación en la
forma en que se relacionan con el mundo y, finalmente, posibilita que los
eventos se reinventen y se recreen. Esto ayuda y estimula los procesos de
comprensión y aceptación de situaciones difíciles que convierten a las personas
en protagonistas de su propia acción.
Desde la perspectiva vocacional y compartida por distintos autores, se
pretende llegar a una idea del arte que se conecta con la vida y sus pulsiones,
lo que lleva a la búsqueda de lo que en todos los actores de la sociedad es
esencial, que induce a crear y apuntarle a mejorar las condiciones de calidad
de vida de la sociedad, haciendo de ello acontecimiento a través de la
inclusión de las condiciones ideales e inmejorables de la vida social. Es
decir, crear nos convoca a la vida, a sentir el proyecto vital.
Otra de las grandes vocaciones de esta obra, y una de sus principales
riquezas, es el enfoque del conocimiento desde distintos puntos de vista. Este
tipo de escenarios a él convergen disciplinas del conocimiento y posiciones
intelectuales desde muy diversas procedencias y perspectivas, ya sea antropológicas, médicas, artísticas,
educativas, periodísticas, científico sociales, entre otras perspectivas, pero
todas y cada una desde su propio rincón y desde su propio entorno refiriéndose
a la realidad social, unidos hacia una causa común para crear y enriquecer la
visión del mundo desde distintas y auténticas experiencias y reflexiones en el
que se sumerge el conocimiento, dando paso a nuevas ideas y nuevos conceptos de
creatividad social.
Cabe preguntarse entonces, en lo referente a las sociedades actuales, ¿cuáles
son las causas del malestar en la sociedad contemporánea? y en verdad ¿existe la posibilidad de identificar causas
comunes para todos?
En el fondo, hablar de la sociedad contemporánea y de los fenómenos
inherentes a la misma en las condiciones aquí referidas, ubica a la sociedad
actual a un territorio de difícil captura, que parece forzar a la humanidad a elegir
entre la generalización abstracta o la resistencia pormenorizada. En otras
palabras, equivaldría a preguntarse ¿de cuál sociedad se está hablando y que
implica contemporánea? Sin duda, una reflexión a partir de estos términos
necesita alguna clasificación.
Sobre la disociación entre el individuo y el sentido del hacer, Olachea y
Engeli consideran necesario hablar sobre las transformaciones y las necesidades
de casi siete mil millones de seres humanos que cohabitan el planeta tierra,
preocupados sólo por su propia supervivencia, por querer comer cada día y tener
un lugar donde dormir, sino además, como una constante de la historia,
inducidos por un impulso natural que busque ayudar en la aplicación de
destrezas, habilidades y conocimientos del hombre, como base para producir
material y simbólicamente lo que la sociedad se imagina, precisa y desea, y
sobre la cual construye y diseña su propio futuro con creatividad y sentido
común.
Estas reflexiones se complementan con el propósito ciudadano de construir
nuevos escenarios que induzcan a la creación de una nueva sociedad. Por eso, a manera de complemento, el video que se titula “El propósito
ciudadano”, que se anexa a estas observaciones y puntos de vista conjeturales, habla
sobre lo que hace el ser humano cada día en el propósito de convivir con las
demás personas. Al mismo tiempo, el mismo video hace un llamado al cambio y a
construir una nueva cultura social de los seres humanos.
Sus preocupaciones ayudan a fijar la atención a las personas que más
necesitan ayuda en la sociedad, en razón a que no hay que ser injusto con nadie,
es decir, siempre hay que saber decir la verdad para que así las demás personas
confíen en si mismas, con humildad, modestia, inteligencia y al mismo tiempo,
con esa humildad, sencillez que les caracteriza, las personas deben valorar y apreciar
los cambios que se avecinan en la sociedad, siendo generosos con la humanidad, agradecidos
con la capacidad de supervivencia para superar las adversidades y propiciar
condiciones para la construcción del cambio que reclama la sociedad, en
condiciones más justas y equitativas.
En el fondo de lo que se trata es de no olvidarse ni ser indiferentes
frente a las líneas divisorias y las fronteras que separan a unas personas de
otras, que también atraviesan a la sociedad.
[1] OLACHEA, Carmen
G. ENGTELI. Transformación Social y Sociedad Contemporánea. En: CARNACEA CRUZ, M. Ángeles y Ana LOZANO, y otros. Arte e
Intervención Social. Madrid, Ed. Grupo 5, 2011. ISBN; 978-84-937730-2-1
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